Continuamos con la lista de los errores más frecuentes
cometidos por los franquiciadores en Portugal. Como siempre, cualquier comentario es bienvenido.
4.- Hacer contratos a medida para los franquiciados. Al
igual que en el punto anterior, el deseo de agradar a un candidato puede
llevarnos a modificar o eliminar cláusulas cruciales diseñadas para
protegernos. Ello conlleva una segunda consecuencia: romper la uniformidad en
la gestión de la red, y, por lo tanto, perder una de las ventajas del sistema
de franquicia.
5.- Olvidarse de certificar/ registar productos. Ciertos
productos, por ejemplo cosméticos o químicos, deben certificarse con carácter
previo a su venta. Conviene informarse antes ya que puede convertirse en un
quebradero de cabeza si no se hace.
6.- Equivocarse con la persona responsable por la red en
Portugal. Tanto si la persona responsable de gestionarla es española como
portuguesa, su elección es clave para el buen funcionamiento de la misma.
Problemas de idioma o una gestión ajena a la cultura de la franquicia en
general y de la marca en particular, pueden dañar nuestras expectativas.
7.- No gestionar bien las obligaciones postcontractuales.
Terminar bien la relación es tan importante como iniciarla, pero, a veces, las
cosas se complican. Uno de los problemas frecuentes es la retirada de los
signos distintivos a la terminación del contrato, bien porque el franquiciado
se “olvida” de este punto, o bien porque, sencillamente, sigue trabajando.
Debemos tener en cuenta que no es costumbre en Portugal
que los notarios se desplacen para levantar acta de un hecho determinado, por
lo que la obtención de las pruebas necesarias puede hacerse más costosa.
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